Gemini supera a ChatGPT en tiempo de uso
- Nico Baez
- hace 2 horas
- 3 Min. de lectura
Aunque ChatGPT sigue siendo, a día de hoy, la referencia más reconocible en el panorama de la inteligencia artificial generativa, nuevos datos muestran que la batalla por la atención real de los usuarios empieza a inclinarse hacia otro lado. Según un análisis independiente, quienes utilizan Gemini —el asistente de Google integrado en Android— pasan más del doble de tiempo interactuando con él que quienes emplean ChatGPT en sus dispositivos móviles. No se trata solo de cuántas personas usan uno u otro, sino de cuánto lo usan, y ahí el patrón apunta claramente hacia una creciente fidelidad hacia la propuesta de Google.

La clave de este diferencial de uso parece residir menos en las capacidades brutas y más en la integración profunda de Gemini dentro del propio sistema operativo Android. El asistente no está aislado en una aplicación, sino que se solapa de manera natural con funciones cotidianas: consultas, acciones rápidas, resúmenes, búsquedas contextuales, escritura asistida… En definitiva, aparece exactamente cuando el usuario lo necesita, sin obligarle a cambiar de app o a forzar un flujo de trabajo distinto. Y eso, en un entorno móvil donde prima la inmediatez, marca una diferencia sustancial frente a ChatGPT, que sigue funcionando mayoritariamente como una aplicación o espacio separado.
A esto se suma la presencia de Gemini Nano, el modelo local que se ejecuta directamente en el dispositivo sin conexión a la nube. Su capacidad para responder con cero latencia y para ofrecer funciones de IA de manera privada y offline fomenta un uso continuado, incluso en tareas muy pequeñas que antes no justificarían abrir un chatbot convencional. Google afirma que ya existen más de un millón de desarrolladores creando aplicaciones y funciones basadas en este modelo local, lo que anticipa un crecimiento todavía mayor en el volumen de interacciones diarias.
Mientras tanto, ChatGPT mantiene un uso frecuente, pero en un modo más deliberado: el usuario va a ChatGPT cuando necesita algo. En cambio, Gemini está ahí cuando surge la necesidad, lo que favorece un patrón de interacción más prolongado. Este contraste entre un asistente–herramienta y un asistente–entorno empieza a perfilar cuál podría ser la evolución natural del sector: no tanto tener la IA como destino, sino como una capa superpuesta al sistema operativo.
Este incremento de uso no solo beneficia a Google en términos de engagement. También alimenta un ciclo de retroalimentación: cuanto más usan los usuarios Gemini, más datos contextuales obtiene —siempre que el usuario lo permita— y mejores recomendaciones, sugerencias y acciones puede ofrecer. Para los desarrolladores, el mensaje es claro: integrar sus apps con los endpoints de Gemini puede convertirse en una ventaja competitiva clave si quieren mantenerse visibles dentro de las nuevas dinámicas de interacción.
Esto plantea un escenario interesante para OpenAI, que ya se encuentra trabajando en nuevas capas de integración y en modelos más autónomos como los agentes. Pero, por ahora, su presencia en Android sigue siendo más limitada que la de un rival que tiene el control absoluto del ecosistema. Tendrá que apoyarse en acuerdos con fabricantes, mejoras en asistentes propios y extensiones más profundas dentro del sistema si quiere contrarrestar la tendencia de uso prolongado que empieza a consolidarse en la plataforma de Google.
En cualquier caso, la conclusión más relevante no es quién gana hoy, sino qué nos dice esto sobre el futuro de la IA en movilidad. La experiencia demuestra que los usuarios no solo buscan modelos más potentes, sino asistentes más presentes, ubicuos y cohesionados con su flujo diario. Y en esa carrera por convertirse en el “sistema operativo invisible” de nuestra vida digital, Gemini acaba de anotarse un punto que ChatGPT no puede permitirse ignorar.






Comentarios